domingo, 18 de noviembre de 2007

cambio de pleno

Si un día quedas con alguien para llevar a cabo ciertos planes cerrados y consensuados desde hace días y cambia la ruta ¿Qué puede ocurrir?
Opción A: pasarlo muy bien
Opción B: aburrirse cual pulpo en cochera.
Opción C: que el engendro nacido de la confluencia de planes no agrade ni desagrade a nadie.

Indiferencia.

Ir por la calle Fuencarral, meterte en dos tiendas sólo porque en cada una de ellas había un dependiente, conocido de vista, y de vista agradable.
Tomarte un Sturputs al calor de las lámparas de queroseno en la terraza. Como si no hiciera frío.

Meterte en un garito nada barato sólo por comprobar si el camarero era conocido o no. Sabíamos que cabía la posibilidad remota de que en algunas circunstancias concretas esa persona trabajara ahí. De todas formas no lo pensamos dos veces y nos tomamos 3 mojitos, uno cada uno, de 5 euros la unidad.

Para que el camarero fuera casi persona non grata, por haber trabajado dos días y haberse marchado.

ESO ES QUEDAR BIEN.

Más en próximas entradas. No os olvideis de Tang.

No hay comentarios: